Los lunares de la cara son un motivo muy frecuente de consulta en cirugía cosmética. Aunque algunos pueden resultar estéticos, la mayoría de los pacientes los consideran como algo inestético que les hacen más “feos” o les avergüenza.
Estas lesiones tienen un tratamiento eficaz y de magníficos resultados estéticos mediante las actuales técnicas de cirugía y láser: rebanados, extirpación y cierre, láser de Nd: Yag (Q-S), etc.
El rebanado o afeitado es adecuado para lunares de muy pequeño tamaño y de color blanquecino.
La técnica de extirpación y cierre por aproximación de los bordes es el “gold standard” del tratamiento ya que permite la erradicación completa de la lesión. Evita recidivas o persistencias inestéticas, elimina el pelo si lo hubiese y el resultado final suele ser magnífico. Esta técnica debe realizarse por cirujanos dermatólogos experimentados en quirófanos ambulatorios con las más exigentes medidas de esterilidad y asepsia.
El láser de Nd: Yag (Q-S) puede utilizarse de manera ocasional, para eliminar pequeñas manchas pigmentadas persistentes tras un rebanado. Este láser es realmente muy útil para tratar léntigossolares.
Postoperatorio en la cirugía de lunares
Tan importante como el acto quirúrgico es el período postoperatorio durante el cual cuidamos de la correcta evolución de la herida quirúrgica con curas frecuentes e incluso con profilaxis antibiótica por vía oral para evitar las infecciones.
La retirada de los puntos se lleva a cabo a los 5-6 días. En las semanas y meses posteriores sólo se requiere seguir las indicaciones dadas para protegerse del sol.
En resumen, al tratar los lunares de la cara buscamos el mejor resultado estético, la menor cicatriz posible y todo ello sin riesgos para la salud del paciente.