Los lunares denominados nevus displásicos o atípicos son mayores que los comunes y más irregulares en su forma. Su coloración no suele ser uniforme, presentando zonas centrales oscuras y bordes más claros.
Los nevus atípicos tienen un riesgo mayor de convertirse en melanomas y deben ser examinados con una frecuencia de al menos una vez al año por un dermatólogo para detectar cualquier modificación sugestiva de malignización.
Es importante reconocer los signos precoces del melanoma. Para ello es conveniente recordar la regla del ABCD que significa:
1. A de asimetría, cuando se observa que una mitad del lunar no se parece a la otra mitad.
2. B de bordes, en las ocasiones en que éstos se hacen irregulares, se difuminan o se hacen rasgados.
3. C de color, se refiere al carácter policromo de algunos lunares.
4. D de diámetro, especialmente cuando sobrepasa los 6 mm.
5. E de evolución, es decir cuando una lesión presente desde hace tiempo comienza a cambiar
Si el lunar presenta cualquiera de estos signos, usted deberá acude a tu dermatólogo en Logroño.
Los halo nevus se caracterizan por tener un rodete blanquecino, de despigmentación alrededor de una zona central más oscura. Estos lunares pueden llegar a desaparecer por completo.